Juego de tronos

En el último día del gañán de Fran, jugamos a uno de los juegos más esperado de los últimos tiempo, MIL, de Firmino Martínez. Uno de los pocos juegos para jugones con diseño cien por cien patrio. Aún recuerdo el revuelo que se formó en Mollina hace ya dos años cuando apareció por allí con su prototipo debajo del brazo…

Una aventura épica

Con él te sumergirás en la sociedad feudal europea de los siglos XI y XII. Reflejar este contexto histórico de un modo divertido y didáctico a la vez, es su pretensión.

Esta es la descripción que el autor da en el blog que tiene dedicado a su juego. Es un juego especial, el cariño con el que ha sido diseñado se puede palpar en las numerosas notas de diseño que Firmino Martínez ha hecho públicas (desnundándose un poco ante la afición).

El juego es un juego denso, no por dificultad únicamente, si no también por ser un juego muy temático, casi rozando el ameritrasto… No, no me he vuelto loco, pero para disfrutar este juego no puedes sólo pensar en si los puntos de victoria o en optimizar las acciones. Tienes que tener descendencia, casar a tus hijas con nobles con tierras o (si son muy feas) enviarlas al monasterio, conquistar nuevas tierras (que pena que no puedas simplemente hacer incursiones para quemar los campos lo los castillos…), mandar a tu hijo a las cruzadas para que no muera de hambre y por supuesto convertir en vasallos a tus enemigos más poderosos para tenerlos más cerca. Si no lo vives, si no vas a la batalla con miedo, mejor que busques un buen preboste para pasar la tarde.

Game of thrones, you win or you die

Con un poco de imaginación, y por supuesto salvando las distancias, te puedes sumergir en el mundo de traiciones, luchas por el poder y relaciones familiares de Juego de Tronos… Bueno. Tienes que ser muy friki, pero así es la vida.

¿Qué tal fue la primera partida? Dura. Jugamos tres jugadores, y sin tener demasiado AP, nos fuimos por encima de las dos horas y media (explicación incluida). Cometimos algunos comunis importantes, para empezar, estábamos tan enfrascados en la partida, que sólo casamos a una hija. Lo más gordo sin embargo fue, que enterrábamos a nuestros hijos que morían de hambre en la parte de atrás del castillo para que nadie se enterara y no perdiéramos puntos de victoria. Un tanto irregular. Alguna otra cosa también se nos paso, pero en general, juegamos bien. Los primeros turnos son duros por no tener ni idea de en que centrarnos. Lo que hicimos fue rellenar el mundo de vástagos antes de nada y después empezamos a conquistar nuevas tierras. Al final de la partida hubo conquistas y vasallajes a casco-porro. Ganó Fran en un último turno de lo más tenso.

Personalmente, al terminar la partida, no me convenció mucho. Por si no lo conocéis, es un juego bastante original con tres fases diferentes. Primero hay una serie de acciones que cuestan tiempo como producir en los campos, crear ejercitos o procrear. No hay límites a lo que puedas hacer nada más que el tiempo (hay un número de acciones de este tipo por turno). En cualquier momento, puedes dejar de hacer el canelo en tu castillo, y tirar para la corte/guerra/cruzadas (en general, a hacer algo con tu caballero). Puedes hacer una por cada caballero que tengas. El número de acciones de cada tipo son limitados, y además también se escoge el orden de ejecución (muy importante). Esta parte del juego es genial, cuando abandonar tus tierras para ir a hacer algo útil es una decisión difícil y da mucho mucho juego. La tercera faceta del juego son las subastas. Las acciones se resuelven con subastas de diferente tipo, en particular casar tus hijos con una hija de tus enemigos, el vasallaje, construir castillos, las guerras por nuevas tierras y los sobornos a la Iglesia. Hay subastas a puño cerrado, a una sóla vuelta, que se pierde lo apostado, que no… Un poco lío. Y además para cada subasta se usan materiales diferentes. Esto queda bastante claro al final de la primera partida, pero hay que jugarla. A mi en general no me gustan los juegos de subasta. Que le voy a hacer. Juego al Steam con las reglas familiares. Hay poco más que decir. Y además, la subasta más importante, que es la de las batallas, es a puño cerrado y además pierdes lo apostado aunque no ganes. En una mala batalla, con un mal turno, pueden quemarte todas tus tierras… Esto es más parecido a un ameritrasto que a un euro. El (genial) mecanismo de elección de acciones es puro euro, y además, de los duros. Un híbrido vamos, con las cosas buenas y las cosas malas. A mi quizás me hubiera gustado más el uso de un dado que de las apuestas en algunos casos, pero creo que es una opinión muy personal.

El caso es que el juego sí ha tenido una gran digestión. Quiero volver a extender mi familia por el mundo, mandar a mi hijo bastardo a Las Cruzadas mientras el de Fran me jura lealtad eterna y se casa con mi hija. Espectacular. No se si a cinco jugadores sería muy caótico, pero definitivamente me gustaría probarlo alguna vez.

Día del gañán: Cristian, David, Jose, Jokin, Fran.

Bonus gen G. En el juego hay que llevar la cuenta de los puntos de victoria para saber quien va ganando como por ejemplo en el Vinci. Esto hace que en el último turno tenga mucho AP y además que el primero se lleve todas las galletas. Mi única modificación es usar PV ocultos de un forma similar al Small World. No me he podido resistir.

9 pensamientos en “Juego de tronos

  1. Gran reseña. Me gusta mucho el buscarle la vuelta de tuerca a la temática. No hemos podido probarlo pero por desgracia, cada persona que lo reseña no le deja todo el buen sabor de boca que debería. Una pena.

    • Yo creo que es un gran juego, pero al ser un poco un híbrido entre un juego eurogame durillo, y un juego de conflicto directo, es difícil que deje satisfecho a todo el mundo. Estoy deseando volver a jugarlo, a ver si Fran lo saca próximamente… 🙂

  2. A mí sí me dejó muy buen sabor de boca, como me lo dejó cuando jugué al prototipo, así que este MIL iba a ser una adquisición sobre seguro sí o sí (como dice un calvo).

    Estoy de acuerdo con hacer ocultos los PV que ganas en bodas, construcción de iglesia y por mayoría en los tracks, así como eliminar la regla de + 2 PV si atacas al lider… este tipo de reglas son muy difíciles de implementar, por no decir imposible y acaban teniendo resultados reguleros.

    El meollo del juego está en las acciones, como ha dicho David, hasta qué punto merece la pena cuidar de tu jardín antes que irte a pisotear el del vecino ;P

    No te puedes descuidar mucho además porque los tracks se van cerrando y puede que algún caballero tuyo se quede en casita ese turno.

    Me alegro que haya tenido buena digestión. Seguro que esa segunda partida da para mucho más y ya sin Comunis jugaos mejor y más rápidos.

  3. Discrepo; el meollo de la cuestión está en a quien eliges para que sea tu vasallo. Por desgracia no puedes elegir quien será el tuyo, o si…

    Por supuesto, lo de las acciones también tiene su cosa, pero sobre todo la tiene por ver si logras dejar fuera de ‘tiempo’ a caballeros de otros jugadores.

    • Discrepo de que discrepres ;P

      Hombre, lo de los vasallajes está claro que tiene su miga, pero para poder intentar hacerte con un vasallo antes tienes que lograr meter tu caballero en el track de la corte y en buena posición, para que nadie se adelante en hacer vasallaje al que tu querías, o que ese mismo te haga a tí 😉

  4. Gran reseña David!

    Lamentablemente no puedo comentar mucho más ni en está entrada ni en la anterior porque he pasado un bache lúdico importante…

    No sé qué pensar de este MIL, tras la partida en Mollina el año pasado creo que es un buen juego pero también creo que no es un juego para mi. No estoy seguro que una segunda partida me haga enamorarme del juego porque tras leer esta reseña me vienen recuerdos muy frescos de mi partida y no me dan muchas ganas de repetir. Y lo lamento porque el diseñador (no puedo decir lo mismo del editor 😉 ) es un tío estupendo.

  5. Juegazo sin discusión. Duro, y sobre todo en las primeras partidas (yo las juego sin vasallaje cuando hay que enseñarlo a alguien), pero temático como pocos euros. Lo peor es que hay muchas reglas que recordar.

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