Tokyo Express y la cola del INEM monstruil

Antes de la llegada de Cristian, David y yo jugamos media partida al Thunderstone, del cual podéis leer las opiniones y comentarios en el anterior post de este blog.

De mano de David, nos sumergimos nuevamente en el Age of Industry, esta vez con nuestros flamantes mapas nuevos, y como no puede ser de otra manera, estrenamos el de Japón (algo tienen los barcos que nos gusta jugar con ellos, al menos a alguno de nosotros…)

Como ya hemos jugado bastante a este juego y hemos comentado de qué va, simplemente hablaré de la partida de ayer:

Cristian al mando de los rojos, David azules y Fran verdes (un clásico reparto de colores). Como todas las últimas partidas al AoI, comienzan con la controversia de darle más valor al dinero que siempre propone David, ya que a él no le gusta que puedas coger préstamos a dolor y que penalicen tan poco, ya que para coger o devolver no gastas acción.

El mapa de Japón tiene varias peculiaridades, una de ellas es que salen 6 cartas boca arriba, y que las puedes comprar sin que te cueste acción mientras la uses en ese turno (esto no me gustó ni un pelo, luego le daremos más vueltas), o bien coges dos de esas cartas, o del mazo, como una de tus acciones. El mapa es peculiar también porque casi todas las localizaciones están en la costa, y existe una red de canales que unen todas (o casi todas) de ellas con canales marítimos usables por cualquiera mientras haya barco+puerto en dicha localización, por lo que te puedes mover por el mapa sin construir vías prácticamente (esta modificación no me disgustó). La última importante es que el hierro y el carbón salen de los barcos, habiendo sólo 1 casilla para poner acerías y dos para minas de carbón, además en una esquina del tablero de dudosa eficacia.

Comenzamos la partida con nuestra acción de desarrollo habitual, unos con cajas y otros con barcos, pero eso es un clásico ya tanto en el Brass como en este AoI. Por mi parte comencé con la idea de intentar ser mucho más agresivo con la pasta, para intentar que esta partida fuese significativa sobre si el valor del dinero ha de ser modificado o no, así que empecé fuerte con los puertos+barcos, construyendo en los primeros turnos tres de mis puertos y tres barcos, con la esperanza de poder cascar mi cuarto barco, pero es que solo hay 8 espacios y no me dió tiempo. Todo lo demás fueron algodoneras de nivel 1 y 2 y las cajas, de las cuales puse en el tablero 3 de ellas. Entre que lograban voltear cosas, sobre todo los barcos, y no, llegué a tener 10 o más préstamos al menos 2 ó 3 turnos. Sobreedifiqué algunos de mis edificios, incluyendo un puerto de nivel 1 todavía sin voltear, y es que el espacio para construir es difícil de encontrar en cuanto la partida esta medio avanzada. David por su parte se dedicó primero a las cajas, yendo fuerte pero sin apenas préstamos, y consiguió poner en juego casi todas sus algodoneras, 3 de las cajas y 3 barcos, pero sólo puso un puerto de nivel 1. Cristian empezó con los barcos también, pero a mitad de camino se dedicó a tapar todos los huecos que pudo con puertos, los puso todos, pero ésto le lastró en demasía ya que David se dedicó a vender sus pedazo de cajas y algodoneras de nivel 3 en sus puertos menores y mercado externo, y finalmente se quedó sin vender alguna de sus cajas y algodoneras por falta de puerto o mercado externo, lo que le hizo acabar con 4 préstamos sin devolver.

La partida acabó con 44 puntos para David y 41 para mí, Cristian creo que ni lo dijo. Al igual que la anterior partida, ésta fue un poco irregular, y David se vió beneficiado por todo lo que hacía Cristian (en la anterior partida fue al revés y me beneficiaban las cosas a mí), como suele pasar en el Brass, que dependes mucho de las oportunidades que te den los demás. Y es que si algo tiene este AoI es que los escasos huecos que hay para construir son muy preciados, y no te pueden abrir localizaciones nuevas, como en el Brass, para que pongan su caja de nivel 4, o poner un puerto de nivel 1 ó 2 en una localización y que llegue el siguiente y ponga su barco de nivel 4 allí porque ya le has abierto la posibilidad. Antes de abrir una nueva localización, que tarde o temprano hay que hacerlo, hay que sopesar muy mucho las consecuencias y las oportunidades que le das al siguiente jugador, como en el Brass.

Como dato reseñable es que al final de la partida, David acabó sólo con 10 $ más que yo, es decir, 2 PV.

¿Porqué no me gustó lo de la posibilidad de compra de las cartas? Pues porque con 6 cartas vistas tienes muchas posibilidades de que allí esté la carta que necesitas, bien sea de color o industria (cosa que es este mapa da casi igual ya que con los canales marinos está casi todo conectado por tus vías). Esto le quita mucha importancia a la acción de coger cartas, teniendo siempre por 1, 2 o 3 $ la carta/cartas que necesitas, y como en el AoI, a diferencia del Brass, el dinero no tiene importancia, te lo gastas más que gustosamente por esa cartita que te hace tanta falta.

En el discurrir de la partida, se me ocurrió una forma de penalizar a esta forma tan agresiva de coger préstamos que permite el juego, y consiste en que el dinero que pagas de intereses ha de ir a tu casilla de gasto de ese turno, de tal manera que te penaliza (y mucho) en el orden de turno, haciéndote muy difícl disponer de esos maravillosos cuatro turnos seguidos que te dan la vida, como en el Brass.

En fin, no sé si lo probaremos o no en la partida que jugaremos al mapa de Minnessota, o siquiera si funcionará, pero es buscar penalizar esta forma de jugar tan antinatural.

He ido haciendo hincapié en las similitudes con el Brass, para que se vea que en esencia tiene mucho aroma a éste, y alguna diferencia (no he puesto todas, que tampoc venía al caso hacer un comparativo exhaustivo de los cambios menores)

 

Día del Gañán: Jokin, Fran, Cristian, Jose, David

6 pensamientos en “Tokyo Express y la cola del INEM monstruil

  1. Te has salido del pellejo con la reseña de la tarde Fran. Wallace también se equivoca, podría haberse llamado el hilo. La verdad es que el AoI es un juego que se parece mucho al Brass, pero por algún motivo, las reglas originales no me convencen. El caso, es que se juega rápido, tiene mapas diferentes y QUIERO que me guste. Pero la vida es dura. El dinero es gratis, por lo que se trata principalmente de tapar huecos que tus compañeros te abren. Los raíles son tan ridículos, que prefiero pasar a hacer uno para que el siguiente jugador construya a mi costa. ¿Hay hueco? A taparlo. Hasta la acción de construir libremente en cualquier sitio por una carta y dos acciones me parece demasiado poderosa. ¿Hay un barco a tiro? A taparlo. Con lo que ganas y con lo que quitas, es una acción muy rentable. ¿Merece la pena darle rienda suelta al gen G? Por supuesto. A mi me divierte muchísimo 🙂

    El mapa de Japón tiene cosas que me gustaron, y otras que no tanto. Poder coger cartas por dinero (es decir gratis), me gustño regular, En general acelera el juego, pero tampoco es normal que yo sólo cogiera cartas una o dos veces en toda la partida. Por una o dos pesetas cogía cartas para desarrollar, construir de forma normal, y en más de una ocasión simplemente hacer la acción de construir en cualquier sitio (sólo gasta una carta…). De todas estas cosas, la que menos me gustó fue la doble acción. Si costara dos cartas, no se podría hacer tan fácilmente. Respecto a los barcos y las conexiones marítimas, me gustaron bastante. Le dan al juego una dinámica diferente a los otros mapas… pero lo tengo que reconocer, le cambiaría alguna cosilla… 😉 Bueno, es algo que como necesita ciertos materiales, tendrá que esperar.

    La partida me gustó y a la vez me frustró. Fue rápida y sólo torpedeo los últimos 2/3 turnos por falta de experiencia con el final del AoI. Hasta aquí bien. A mi me salió todo a pedir de boca (como dijo Fran) y construí 32 puntos de factorías (uno más que Fran) pagando MUCHÍSIMOS menos intereses. Al final la diferencia en dinero no fueron más de 10 pesetas 😦 Ridícula. Y Fran se esforzó por hacer el animal con sus construcciones… Es simplemente absurdo.

    ¿Se puede solucionar? O quizás la pregunta es, ¿se debe solucionar? Mirar la respuesta dos párrafos más arriba. 🙂

    Ya se me ha ocurrido otra maldad… préstamos como los del London. No se pagan intereses. Simplemente te dan 10 y tienes que devolver 15. Lo que da de sí un juego mal diseñado… pero es que se parece tanto al Brass, que es una pena dejarlo así 😉

  2. Tengo el juego desde hace apenas 10 dias con el mapa nuevo, pero no lo he estrenado, y en parte es porque estoy esperando mas opiniones sobre las distintas soluciones que se plantean en la BGG y la BSK para el tema de los préstamos, y así poder empezar jugando con la que se considere la mejor solución.
    Buena reseña de la sesión. Me he hecho una idea de como va este mapa que me ayudará cuando lo estrene.

  3. Nosotros hemos usado dos variantes hasta ahora:

    1. Los préstamos se devuelven al final de la partida. No antes.
    2. Los préstamos se devuelven al principio de tu turno. No antes.

    La que más nos gusta es la segunda. Permite que el dinero fluya sin entrar en círculos de «pido un préstamo, coloco industria, cobro y devuelvo el préstamo».

    Un saludo!

    • Nosotros hemos usado en otras partidas una variante parecida a la 2 que comentas, y que consiste en que si en tu turno has pedido al menos un préstamo, no puedes devolver préstamos en ese turno, pero eso no soluciona el problema. Vale que acabes pagando algo más por los intereses, pero no es gran cosa.

    • Estoy de acuerdo con Fran, con la opción 2, se pagan algo más de intereses, pero no demasiados. Aun así, me pareció más coherente que las reglas originales (¿prestamos sin costes de financiación? ¿estamos locos?) y menos tediosa que nuestra variante. Es fácil recordar que al principio del turno devuelves todo lo que puedas y vuelves a pedir lo que necesitas. Me gusta.

      Como ya he intentado convencer a Fran anteriormente, creo que a parte de que se pagan pocos intereses, el dinero vale demasiados pocos puntos de victoria.

      El valor del dinero

      La próxima partida jugaremos con la modificación de que cada dos pesetas son un punto de victoria (en vez de 5). Es un poco extrema, pero así podremos ver si afecta o no al juego (pòr ejemplo, haciendo que las vías sean más rentrables).

  4. Pingback: Reconciliándome con el AOI « Simios golfos

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