Último tren a Camas

Finalmente la semana pasada, una quedada con pinta de ser a dos, terminó conviertiéndose en una golfa con asistencia casi completa (sólo faltó Jokin que nos estaba representando en El Corsario Lúdico). Hasta Alex estuvo con nosotros.

Fran tiró de clásico para su día del gañán y sacó el «Last train to Wensleydale». La partida fue todo un éxito en la que se probaron algunas nuevas estrategias, en particular abandonar trazados a mitad de partida. El orden de construcción se demostró vital.

Algunos comentarios simios…

«Gran juego que se ha jugado de manera muy gañana, hay mucho pero que mucho a lo que atender durante la partida… repetible pero no en mi próximo día del gañán.» Cristian

«Juegazo, sí. Hoy hemos jugado diferente a cualquier otra partida por eso de abandonar nuestra ruta inicial y empezar de otro lado buscando la bonanza cubil. Creo que así se juega de verdad, y no cómo lo haciamos antes.» Fran.

«Ha ganado bastante el juego. Otro que teníamos olvidado y que tenemos que sacar más.» Jose.

Las puntuaciones finales fueron 30, 25, 21, 17. Me ha encantado la
partida, muy graciosos los cambios de sentido. Aunque es un poco tedioso el setup y el post-apuesta, la verdad es que el juego ha ganado puntos. Dejo abierta el hilo para que añadáis comentarios sobre la jokinada de Jose o el lloriqueo de Fran al final de la partida…

Día del gañán: Cristian, Jose, Jokin, David, Fran.

De Siam a Grecia y tiro por que me toca

Día curioso, en el que los 5 simios se juntan en una mesa y en el que por el chorreo de llegada de gente a horas diferentes y mi necesidad de volver pronto a casa (Duérmete Niño es hasta peor para los padres que para el pequeñajo, ya que la férrea rutina ha de ser implacable) hace que no se gaste día del gañán:

Al llegar a casa de David, 3 minutos tarde, ya me encontré a Jose allí sentado, tras charlar un poco e increpar a David para que sacara un Dominion, ya que teniamos 50 minutos solo, nos suelta un “paso, que lo tengo sin desprecintar” O_o

 

En su lugar sacó un King of Siam:

Es raro este juego, lo he jugado 3 veces y lo he visto jugar alguna más y siempre siempre los gobiernos ingleses se han impuesto. De lo que va el juego realmente es de ir equilibrado en cubos y despuntar al final en algo, porque sino pasa como con los azules ayer, que acaban todos en un país que va a puntuarse y desaparecen del mapa. La mayoría de las veces el juego consiste en quedarte tú con la última carta que se juegue, ya que probablemente te dé la victoria. Jose se decantó muy pronto por los azules, David un poco después por los rojos y yo tenía un poco de ambos. A partir de la mitad del juego, las cartas se empiezan a jugar por obligación, ya que si no, dejas que otro se lleve el gato al agua, y así me favoreció el timming de la partida y logré quedarme con una carta, que al jugarla me proporcionaba la victoria por mayoría de sets y ser el último en jugarla, al formarse el 4º gobierno inglés.

 

Ya con Cristian viendo el final de la conquista británica de Siam, se sacó a la mesa el plato “fuerte” del día…

Tras desplegar y un setup que le hizo perder un par de puntos, llegó Jokin con ganas de trollear y desde el minuto 0 se dedicó a pinchar a David con comentarios sobre chimeneas y demás sinónimos ígneos. David, en defensa de su última adquisición, entraba al trapo…. El caso que tras una breve explicación de las reglas, comenzó la partida, en la que todos fuimos un poquito a ciegas, empezando a comprar tecnologías con más miedo que vergüenza. Por mi parte, debido a la disposición inicial y por el cubo de recurso que te dan, me enfilaron hacia una espada, que sembró un poco de cacota en todos los que me rodeaban, ya que era muy costoso echarme de una región y por el contrario esclavizaba como churros. Mi partida se basó en viajar poco y comprar muchas tecnologías (1 maravilla incluida) e intentar siempre estar por delante en la carrera armamentística. Pasé completamente de los dioses, lo que me pudo costar la partida, pero que finalmente no fueron tan dañinos.

Es un juego entretenido, quizá algo caótico a 5, ya que las galletas llueven del cielo y pueden esclavizar a todos tus tokens si te adelantas mucho en el tiempo (creo que Cristian llegó a estar así). Aún así, parece que hay muchas maneras de sacar puntos de victoria al final de la partida, ya que quedamos todos en un puño y eso es bueno. El juego no me ha deslumbrado, pero no es que sea malo. Me parece un poco lioso el cuadro de tecnologías, en el sentido de ver qué necesitas para comprarte una, y cuando lo has hecho y la compras, ves que podías haberte comprado una mejor todavía porque no viste ese recurso que tenías por ahí. El mapa algo pequeño pero funcional. Los dibujos de los recursos se confunden en algunos casos, en cambio los dibujos de las losetas de tecnologías son muy chulas. Pero son detalles nimios. Muy importante, y no precisamente a su favor, es lo que han dicho ya David y Jose, que no tiene alma ninguna, por lo que no acabas de meterte en el papel….

Buena tarde de juegos, con buena compañía… ahora a esperar que pase pronto la semana para que la que viene volvamos a quedar.

Ni carreteras, ni barcos… Parque de Atracciones!!!

Era el día del gañán de Fran, día en el que mi estómago andaba suelto ya que se barruntaba un Roads & Boats duro como él sólo porque al no venir Jokin, el Last Train to Wensleydale quedaba postergado. Tras una hora, entre montar el tablero a lo megacatán y explicar las reglas que no son pocas, empezamos a jugar.

La portada y tamaño de la caja no auguran nada bueno

Tras el turno 1, literalmente, sonó el telefonillo de David, eran Jokin y Pilar. Tengo que confesar que las jokinadas suelen joder, pero en este caso fue una salvación.

En realidad no se habló de cortar la partida, pero ¿cómo vamos a seguir jugando mientras un simio mira… y habla desconcentrándonos?

El día del gañán de Fran fue aplazado para otro día (no me salva del Roads & Boats ni Perry Manso) y animamos a Jokin a que sacara su flamante nuevo juego del último pedido alemán, Rummelplatz.

Rummelplatz

 

Este juego se trata de una celebración del 15º Aniversario de la primera asistencia de Eggertspiele a la Feria de Essen. Se representan 8 atracciones más una novena que es la tómbola y que decide el vencedor del juego, que puede ser el que peor ha jugado, pero qué más da, este juego es una celebración.

Primeramente los jugadores tienen que decidir si van a ver a la pitonisa o prueban su fuerza con el martillo. Decidimos probar nuestra fuerza apilando el mayor número de dados en medio minuto siguiendo una serie de requisitos. Parece fácil pero una vez se voltea el reloj de arena, entras en pánico…

Cinco dados, aún menos que el nivel nenaza que es el sexto.

Posteriormente votamos si ir a la máquina de peluches o a las carreras de caballos (esto es típico de alemania, de niño veraneé muchos años en Alemania y era un fijo de todas las ferias). Parece que el grupo se dejó llevar por mis ansias de tirar bolas, o en este caso dados, para ver quien ganaba la carrera. Es muy sencillo, si los tres dados sacan un 1, tu caballo avanza 1, si los tres dados sacan un 2, tú caballo avanza 2 y si los tres dados sacan un 3, tú caballo avanza 3. Los dados tienen 3 caras con un 1, dos caras con un 2 y una sóla cara con un 3.

 

La carrera de caballos

Tras esto, tuvimos que decidir entre el barco vikingo y los coches de choque. Ganaron los coches de choque. No deja de ser un pequeño juego de cartas en el que hice el canelo. Muy divertido también.

Una mano de cartas ni buena ni mala, si no todo lo contrario.

Por último y antes de llegar a la tómbola, decidimos pasar del tren del terror para ir a la montaña rusa. Se trata de memorizar en 30 segundos y entre dos jugadores el recorrido que hace la montaña rusa sacando cartas de un mazo. Luego tienes que reproducir el recorrido (izquierda, arriba, cerrar los ojos, bajar, levantar las manos, …) Espectacular! Fue un auténtico despelote con una guinda en forma de jugada gañana de Fran hacia David que provocó risas durante minutos… nueva frase lapidaria para el blog «siempre gañán hacia la victoria… hasta en party games».

Como muestra una foto de Jokin en sus reuniones jugonas con sus «otros» amigos. No está buscando algo en la mesa, es el vagón que va para abajo y te echa el cuerpo para adelante:

Tras estás 4 atracciones y antes de abandonar la feria, pasamos por la tómbola. Se trata de sacar gemitas de una bolsa y el que saca la gema morada gana el juego. En función de tu posición durante el juego tendrás más oportunidades de sacar la gema deseada. Yo que quedé el último sólo tuve 3 oportunidades, Jokin 4, Pilar 5, David 6 y Fran 7. Se van sacando de uno en uno empezando por el primero. Ganó Pilar en la última gema que tenía derecho a sacar de la bolsita.

En resumen, Rummelplatz no es un gran juego, pero es una diversión total. Un injustísimo 6.02 en BGG que no le hace justicia. Eggertspiele suele tirar los precios cuando los juegos no tienen mucho éxito (hay antecedentes con juegos con poco éxito como Neuland, Change Horses y alguno más que ahora no recuerdo), no sé si esperar a que lo rebajen o comprármelo ya mismo. De todas formas los beneficios en venta de este juego van a parar a la agencia de cooperación por la infancia Kindernothilfe así que, al comprar este juego, realmente estás donando dinero para niños necesitados.

Ideal para tardes de pollos gañanes y/o reuniones familiares, bueno los pollos gañanes son eso ¿no? Runiones de la gran familia simia. Estoy deseando probar los demás mini-juegos (Pitonisa, Máquina de Peluches, Barco Vikingo y Tren del Terror).

El Roads & Boats quedará para la próxima reunión, omaita!

PD: Y lo mejor la compañía.

Día del gañán: Fran, Cristian, Jose, Jokin, David.

Por un puñado de nieve minúsculo de veras

En quedada extraordinaria y aunque no fuese un día del gañán al uso, copio lo escrito en el correo sobre la partida de David y mía de ayer en la fría frontera actual entre Canada y EEUU:

 

Partida larga la de ayer, dos horas y media tirando a tres.

Fran con los gabachos y David con la pérfida Albión (sorteamos los bandos). Mi idea inicial era ser defensivo, y David… David siempre tiene dentro ese gusanillo de pegar galletas, así que jugó agresivo.

En su primera acción se cogió pastaca, suficiente para comprarse los dos Settler en sus dos siguientes acciones (cosa que no hizo). Yo metí mi fortificación del mazo de imperio en el descarte. David no me acuerdo que hizo con la pasta de inmediato, creo que nada, y yo colonicé Fort Frontenac (con lo que ya me encaminaba para Detroit) y cogí pasta. A partir de ahí creo que comenzó la escalada bélica. Metí otra fortificación neutral en mi mazo. Mientras David colonizaba los alrededores de Albany y Boston, acercándose peligrosamente por el centro del tablero, yo ya había llegado a Fort Niagara así que me dediqué a fortificar absolutamente todo, comenzando con Port Royal, Fort Frontenac, Trois Riveries, Montreal, Louisburg, Quebec y la que está a la orilla del lago en la parte más a la derecha del francés (no me acuerdo del nombre). David llegó hasta Oswego y lo fortificó, al igual que Albany. Metimos una barbaridad de galletas en el mazo (yo metí todo lo que tenía), con mis fortificaciones hice que David no pudiera jugar Incursiones, pero se hartó de emboscadas, las cuales era una y otra vez detenidas por mis militias, y en las veces que lo logró descubrimos el potencial de los regulares del mazo de inicio del francés y de su Corsieur de Boir, ya que son gratis, así que él perdía una acción haciendo un ambush y io perdía una metiendo de nuevo a uno de esos dos a mi mazo de descartes (no ganabamos ni perdiamos nada). Una vez si tuvo éxito y me metió una buena galleta que me hizo gastarme 7 pavos en volver a meter los regulares en el mazo.

David hizo tres asedios contra Fort Niagara, se comió los mocos las tres veces. Mi idea de ser ultra defensivo de momento funcionaba, pero en ese momento David pensó que para qué se iba a meter en más conquistas cuasi imposibles y se dedicó a construir ciudades en todas las localizaciones con puntos de victoria. Quise reaccionar, pero tenía la mano repleta de militares y pocas localizaciones, así que a duras penas llegué a Detroit, convertí 3 ó 4 pueblos en ciudades y la partida acabó con David construyendo todas sus ciudades. Puntuación final: David 62, Fran 61.

A destacar la pupita que hizo mi pirateo, una gran mano de un trader y 4 pieles de castor, que Halifax y Canso se quedaron vacías, que de mi mazo de imperio sólo me faltó por meter los dos sacerdotes, el barco y la máquina de asedio. No pude ni llegar al Michiguatiki (o como sea) de la fula de mazo militar. David tirando con el gobernador sus localizaciones que le hacían falta para venir a por mi. La reserva tuvo un empleo eminentemente militar porque io veía meter a David cartas militares ahí, pero me dí cuenta que estaba ahorrando para un gran asedio, así que hice lo mismo. La máquina de asedio es fundamental si quieres atacar una fortificación, sin ella estás perdido.

En fin, una partida bastante diferente, donde con un poquito más hubiese ganado, pero ese poquito en verdad costaba la misma vida conseguirlo. De haber sido un poco más agresivo podría haber atacado Permaquid, que David tenía sin fortificar, y que le hubiera metido mucho miedito en el cuerpo, pero me cegué en mi idea inicial y no llegué. Tras la partida hablamos largo y tendido sobre ella….. La siguiente pinta a memorable ;P

Que te cuente David sus anécdotas, porque como te metes tanto en tu mano de 5 míseras cartas, y tu obsesión es descartártelas todas, hay veces que no me enteraba ni de lo que había hecho. Un juego bastante inmersivo en el que es fácil liarla con las cartas.

El valor del dinero

Aprovechando un descuido de las madres, nos plantamos Cristian y yo en casa de Fran para una golfa sorpresa. Me tocaba a mi el día del gañán, y como dentro de poco llegarán a nuestras manos los nuevos mapas del Age of Industry, me pareción bien sacarlo a la mesa para refrescarlo.

El AoI no es el Brass. Tiene un aire, pero es diferente. Jugamos con una variación gen G: En un turno se puede pedir o devolver préstamos, no las dos cosas a la vez. Fran nos vapuleó malamente, principalmente por que construyó todos sus barcos y vendió casi todas sus «cajas». Como siempre, pidió préstamos a dolor y pago intereses como un campeón, con o sin regla casera. El juego me gustó y además ha tenido una buena digestión. La regla gen G que propuse tuvo poca influencia en el final de la partida, y me ha hecho pensar en que es lo que menos me gusta: El dinero vale demasiado poco (en PV).

Esta es mi tesis, el dinero da 1PV por cada 5 pesetas y eso unido a que puedes pedir y devolver créditos en cualquier momento, hace que sea un recurso sin valor. En el juego los recursos son las acciones, las cartas, el dinero y los espacios en el mapa («a grosso modo»). El dinero es el menos valioso con diferencia. Por eso, como dice Fran, si hay un hueco, tápalo, da (prácticamente) igual el coste. Esto tiene una segunda derivada, y es el escaso valor de las vías. No sólo das vida a los contricantes al construirlas, sino que además, te dan apenas 1PV por vía y pueden llegar a costarte casi 5 pesetas, por lo que a veces no dan nada. Esto no es intrísecamente malo, simplemente hace que no tenga sentido intentar «ganar» dinero, sino concentrarse en construir. Esto en el fondo, es parecido al Brass, pero en el Brass, el dinero costaba acciones, que era el recurso más importante. En el AoI el dinero es gratis desde el punto de vista de las acciones, por lo que no tiene sentido ser eficiente al construir. Para mi esta es la gran diferencia. No es ni bueno ni malo.

La duda que me asalta es, ¿y si el dinero tuviera más valor? ¿1PV por cada 4 pesetas? ¿1PV por cada 3 pesetas? ¿incluso 1 PV por cada 2 pesetas? ¿cómo cambiarían las estrategias? ¿tendría sentido intentar pagar menos intereses y ser más eficientes? Quizás lo comprobemos próximamente… mi día del gañán no está tan lejos… 🙂

Después del AoI y un refrescante baño, probamos el filler de subastas de pinguinos del señor Wallace. Me pareció un juego de memoria y de subastas bastante curioso. Muy familiar y piscinero/playero. Por supuesto tiene un +1 de Wallace (aunque tenía un -1 por ser un asalto a mi día del gañán, aunque teniendo en cuenta que hubo gen G no me puedo quejar).

Día del gañán: Fran, Cristian, Jose, Jokin, David.

Jokin’s return

Tras otra breve ausencia, J. reapareció el viernes para reclamar su día del gañán. Como siempre no defraudó sacando un juego nuevo pero conocido a la vez, Small World Underground.

Small World me gusta, pero he de reconocer que siempre acabo enfadado con el mundo… A partir de aquella fatídica noche con las Gitanas del Inframundo, tengo la sensación de que me pegáis con malicia… En este caso, tras unos Elfos Oscuros superpoderosos, mis Ogros fueron masacrados por las Ígneas de Jokin. Así es la vida. Jose, en vez de meterse a atacar a Fran (claro líder del momento) decidió acabar con los pocos Elfos Oscuros que me quedaban en declive… Vaya tela. Fran nos machacó con sus momias gregarias.

La expansión me gustó. Nuevas razas, nuevos poderes. Obviamente, alguno se repetía con lo que había en el original, pero eso es inevitable. Los artefactos y lugares me parecen divertidos (quizás hay demasiados, pero no pasa nada). La paleta de colores es un poco triste, pero eso tampoco es importante. Lo único que no me gustó, es que si no había más fichas no podías usar los poderes que dan nuevas tropas. La solución de regalarle otro SW a J. no está mal, pero usar las tribus perdidas tampoco es mala 😀

En general, no me defraudó. Quizás, el resto de simios tenga otra opinión…

Después del plato fuerte, dio tiempo a sacar el Verrater.

Pollos contra flores

No me gusta. Hilo de venta. Alto poder calorífico. Como queráis decirlo. ¿Por qué? Demasiados números. Demasiadas cuentas. Demasiado esfuerzo para la diversión que da. Ni siquiera hay sorpresas con las traiciones, por que en general están «cantadas». Además, se pierde mucho tiempo contando los puntos de la batalla. Aburrido. Como posible solución, poner las cartas de lucha ocultas y dejar los puntos de victoria ocultos usando las monedas del SW. Pero como siempre, hay tantos juegos buenos que no merece la pena perder el tiempo arreglando los malos…

Día del gañán: David, Fran, Cristian, Jose, Jokin.