Bullfrog Goldfield

El sábado tuvimos la oportunidad de probar la primera copia española del Bullfrog Goldfield, el último juego de Patrick Stevens, el amigo de Cristian.

Durante la explicación la verdad es que me ilusioné bastante con el juego. Se trata de gestionar compañías de trenes y mineras durante la última fiebre del oro en el EEUU. El objetivo es hacer más dinero entre efectivo y acciones. Las reglas son relativamente sencillas, pero jugamos mal un par de detalles que creo que afectaron bastante la partida… La sombra del Comuni sigue sobre nosotros…

Básicamente, hay 5 compañías de trenes y 7 compañias mineras. Cada compañía tan sólo tiene 3 accciones, y el que tenga más, la dirige. La gestión de las compañías es diferente según sea de trenes o de minas, lo que creo que es lo más interesante del juego.

Las compañías de minas dan beneficios desde el momento que empiezan a operar, pero tienen fecha de caducidad. Al cabo de un número variable de turnos, se agotan. Cuando se agotan, sus acciones dejan de tener valor, lo cual puede ser relativamente importante al final de la partida. El valor de las compañías crece principalmente cuando se conecta a las compañías de trenes y cuando crecen los pueblos cercanos. El caso es que estas compañías no tienen mucho que decidir, sólo si repartir dividendos y si construir mejoras en la mina para poder ser más rentables. Nada más.

Las compañías de trenes generan dinero cuando están conectas a una mina. Al final de la partida valen dinero sólo si han pagado sus préstamos (que pueden ser muchos). El valor de las compañías de trenes crece principalmente cuando se conecta a las minas, los pueblos y cuando crecen los pueblos a los que está conectado. Estas compañías tienen pueden construir vías edificios y para ello pueden pedir préstamos, siendo esto último una gran diferencia con las mineras, que no pueden hacerlo.

¿Cómo funciona el juego? A mi me recuerda mucho al Chicago Espress. Cada turno, cada jugador tiene 3 acciones que pueden ser comprar o vender acciones, o construir vías o edificios. Es decir, las compañías no tienen sus propias acciones como en los 18XX. Si tienes tres compañías, tienes que dividir lo que vas a hacer como mejor puedas. Sin embargo, no hay subasta para comprar acciones, simplemente se compran al valor actual de la compañía o a un precio mínimo. Esto me gustó, por que simplifica mucho el juego.

El orden de construcción de vías, edificios y comienzo de funcionamiento de las minas es vital. Por esto, el orden de turno, también es muy importate.

Cada compañía genera cada turno tanto dinero como su valor de las acciones, por lo que en general es muy rentable comprar acciones. Lo malo, es que el precio puede subir muy rápido. En nuestra partida, prácticamente era imposible comprar acciones de las compañías que estaban funcionando.

Lo que menos me gusta, es que es un poco tedioso llevar la cuenta del valor de las compañías. Cada vez que un compañía se conecta a una mina, una ciudad o se construye un edificio en un pueblo, hay que tocar para arriba y para abajo algunas acciones. No son muy complicadas, pero hay que tenerlas claras. En nuestro caso, este fue uno de los errores. En particular, modificamos el precio de las acciones cuando una mina mejoraba sus edificios (cosa que hicimos mucho) cuando no había que hacerlo. Esto creo que modificó el valor de las acciones y acortó el juego. El otro error que cometimos afectaba al máximo valor que podían tener las compañías mineras.

Como en todos los juegos de inversión, la fase del turno de reparto de dividendos y ganancias es un poco tediosa, por lo que una hoja excel puede ayudar…

El juego termina cuando una compañía vale más de 100 o se agotan todas las minas menos una. En teoría, algunas de las minas se agotan antes del final de la partida, cosa que no ocurrió en nuestra partida por que duró tan sólo 4 o 5 turnos. Al no ocurrir esto, creo que no pudimos ver parte del juego, en particular, al agotarse una mina, las acciones valen cero, por lo que si crees que se va a agotar una mina, es interesante vender tus acciones antes de que esto ocurra. Un detalle, es que el presidente, no puede vender su acción, por lo que el que empieza una compañía en cierta forma, pierde dinero… También existe la posibilidad de comprar la acción recien vendida por la mitad de precio, para venderla después otra vez por algo más.

Creo que en general, es difícil que ninguna compañía llegue al valor máximo, por lo que no me extrañaría que el juego se acabara por que las minas se agoten. En ese caso, el final de la partida, puede ser interesante al intentar desprenderte de las acciones de las compañías que van a quebrar en su momento justo. Hay que tener en cuenta, que no se sabe cuando van a agotarse, es algo aleatorio… ¿hasta cuando vas a aguantar la mina sin venderla?

Algunas cosas que no se si funcionan bien es que si hay 5 compañías de trenes y 5 jugadores, lo normal es que cada uno coja una de ellas. Eso le quita algo de gracia al juego, aunque es cierto, que coger dos compañías de trenes te puede dar mucha ventaja al poder decidir sus destinos.

Bueno, la verdad es que el juego la sensación que me dio, es que no estaba lo suficientemente probado, es decir que la forma en el que el valor de las compañías subía y bajaba era algo aleatorio. Ahora, sabiendo que jugamos mal, me gustaría volver a probarlo… ¿lo sacarás en tu próximo día del gañán Cristian?

Eso sí, en la versión corta y sin comunis 😉

5 pensamientos en “Bullfrog Goldfield

  1. El problema de «5 jugadores, 5 compañías ferroviarias» se soluciona con uno o dos jugadores menos. También creo que variará a menos jugadores porque al empezarse con más dinero se pueden intentar otras cositas.

    De acuerdo que las variaciones del valor de las compañías es un poco líneal pero se trata de un juego de mercado de acciones sencillo, no un 18XX. Yo creo que el juego es bueno, los Comunis afectaron al desarrollo en el valor de las minas y enrarecieron el juego, quedando una sensación de que una pieza no encajaba. En la segunda partida con los errores corregidos seguro que mejoran las sensaciones.

    El juego me ha dejado pensando en cómo sería la mejor forma de invertir en el primer turno y qué personaje cogerme (si está disponible cuando me toque). Eso es buena señal en un juego.

    Lo jugaremos en mi próximo día del gañán, que casualmente es mañana! 🙂

    • No tienes corazón Cristian, después de cascar 6 ó 7 juegos en tu día del pollo gañán, deberías haber pasado el turno…

      Por cierto David, gran reseña. Veremos si el juego se comporta mejor cuando juguemos otra vez.

  2. Genial reseña como siempre, David. He de decir que el juego ha tenido una buena digestión, y tengo ganas de repetir una partida pronto. Mañana me la perderé, así que a ver cuándo vuelve a tocarle el día del gañán a Cristian y lo propone 😛

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